viernes, noviembre 26

El observante


Aunque uno describa una simulación, hay sorpresas dentro. La 612 llama la atención sobre de otras. Aquellas son delicados juegos de artificio y en una inmersión se sabe perfectamente que nada de ello es verdadero; la 612 es perturbadora. Extrañamente perturbadora. Allí hay algo más, algo que se escapa. Un cosquilleo más allá del cuerpo, fuera de la piel.

Donovan es elegido para observar. Es perceptivo sin dejar de ser razonable, un observante. Mientras el tiempo se sucede en el exterior y en frenética actividad el consejo se reúne, resuelve, termina; las estrellas dibujan arcos fuera de las ventanas, única concesión a aquellos que juegan en la ASP. Aquí; en el interior el tiempo es inexorablemente devorado por los ciclos que conducen la caída de cada gorrión. Donovan observa. No tiene prisa alguna, ¿que le espera a él allá afuera?; solo el eco de su andar en los pasillos, las miradas furtivas de sus compañeros, que le saben diferente. Una luz que se asienta en sus ojos, únicamente en sus ojos. Tomar su alimento mientras observa. Si!! Por que en el exterior también observa.

Al menos en la 612, cuando gustan de ver una recreación, un trozo de su espacio vuelto a pintar, lo hacen en compañía. Pero él se sabe solo. No hay funciones para una sola voz.

viernes, noviembre 12

Sobre de todo


La plaza esta llena de personas. El aire a nivel del suelo esta copado con los gritos de los comerciantes, impregnado del aroma de todos esos cuerpos que brotan a borbotones del subterráneo. Miran a un lado y a otro al salir, disfrutando de su libertad. Aparente libertad. Programaciones más sutiles se yerguen sobre de ellos. Formas que habitan en los huecos de las líneas de código. Proyecciones de ellos mismos que buscan un sentido a un ciclo de proceso.